Semanas 14 y 15: Frappé y el nuevo viejo plan

Marta Serrano
7 min readJan 24, 2022

Ya lo adelantaba en el último post, tenemos chica nueva en la oficina, se llama Frapuccina y es divina (para quien no conoce la referencia, es esta canción, un clásico de la publicidad española).

En realidad se llama Frappé y es que si la ves, tiene todos los colores de un frapuccino, desde el negro más oscuro a la leche, pasando por el cortado y el café con leche. Además, justo antes de adoptarla habíamos estado obsesionadas con un lugar en La Merced que prepara unos frappés deliciosos (Tropish) y claro, al verla fue casi automático.

Adoptamos a Frappé el 5 de enero. Todo el mundo recordará el día que creimos haber adoptado una perrita negra, y que Sofía no paraba de reprocharme que le dejara ir, llevábamos un mes con eso, así que yo pasé esa semana buscando perritas en adopción en cada ciudad que pisábamos, pero no encontraba. Hasta que di con el anuncio de Frappé.

En realidad escribí para preguntar por su hermana, íbamos buscando una perrita negra, pero cuando fuimos a recogerla no hubo conexión, entonces Sofía vio a Frappé, nos la trajeron y ahí supimos que ella era.

Según me dijeron cuando escribí para preguntar, tenían 3 meses y serían medianas. Cuando ya nos estábamos yendo con ella en brazos y le habíamos puesto nombre, volvimos a preguntar y entonces confesaron que en realidad tenía menos de mes y medio. Eso complica las cosas, pero como dice mi padre

“una vez que te miran a los ojos, no hay marcha atrás”.

Digo que complica las cosas porque claro, es un bebé; los primeros días era torpe al caminar y ahora aún está aprendiendo a correr; Sofía pensaba que quizá era ciega porque tenía los ojitos vidriosos, ahora se le están poniendo verdes; ahora está encontrando su voz y aprendiendo a ladrar. Y también aprendiendo la manipulación emocional. Yo he de confesar que ya se sabe un par de trucos conmigo, me tiene dominada.

Cada día nos sorprende con una nueva proeza y nos derrite el corazón ❤.

Otra de las razones por las que digo que las cosas se complican es por su tamaño, buscábamos una perra mediana tirando a pequeña, que facilita las cosas a la hora de vivir en sitios y movilizarse. Por ejemplo, esperamos poder registrarla como acompañante emocional de Sofía y que pueda viajar con ella, pero no sabemos si superará el tamaño máximo permitido por la aerolíneas y, ahora mismo, todavía no se puede registrar por bebé.

El nuevo viejo plan

Y esto me lleva directamente a la segunda parte del título de esta entrada: el nuevo viejo plan. Esta idea de vida nómada comenzó con un objetivo en mente muy claro: ir a Chile y que Sofía pudiera conocer por fin a sus compañeros, después de año y medio trabajando con ellos en remoto. De ahí la cosa se fue haciendo grande y acabamos con la van. Pero el plan original era vivir 3 meses en cada país, en cada capital, empezando por Santiago, esa fue la razón por la que el año pasado fuimos 3 meses a España (y este año repetimos).

La idea con Jackie era viajar unos meses por Perú y de ahí, Bolivia y Chile para celebrar Año Nuevo en Santiago, pero el Covid tenía otros planes. El primer golpe a este plan lo recibimos incluso antes de empezar: las fronteras terrestres estaban cerradas. Anunciaban su apertura el 1 de diciembre, así que todo controlado.

Luego llegó Omicron y no abrieron ni el 1 de diciembre, ni el 4 de enero, ni hay a la vista una fecha nueva. Lo cierto es que, ahora mismo, en lugar de darnos libertad, Jackie nos la está quitando: estamos atrapadas en Perú hasta nuevo aviso.

También pasa que la vida nómada no es fácil. Es maravilloso viajar y recorrer tantos lugares, una gozada descubrir rincones, probar comidas, conocer personas. Pero no es fácil compaginarlo con un trabajo a jornada completa dependiente de Internet. No sé cómo será en países con más infraestructura, pero aquí hemos sufrido mucho con la conexión y eso suma mucho estrés.

Y es agotador. De lunes a viernes trabajas normal, quizá algún día si te organizas bien puedes hacer una escapadita rápida a algún lugar, pero eso alarga el día. El fin de semana o lo aprovechas a tope para ver sitios o para viajar, en cualquier caso, llegas al domingo por la noche cansada. Y ningún domingo caes rendida en tu cama, ese pequeño gran placer de todo viaje, caes en la cama que toque, la de la van (que no está mal pero tampoco una maravilla) o la del hotel o airbnb que corresponda. En cualquier caso, no es tu cama, ni es tu casa. Ni te puedes quedar un día simplemente descansando, porque ya que estás allí, cómo no vas a aprovechar para…

Llámalo FoMo, llámalo culpa, llámalo estupidez.

El tercer inconveniente es que es muuuuuy difícil tener cierto orden, cierta rutina… A nosotras nos ha resultado imposible hacer deporte, que si ahora en la sierra con la altura, que si ahora en la selva con la humedad… que si no sé dónde es seguro ir a correr, que si, que si, que si.

Y a la hora de comer, imposible también, ¿cómo vas a comer verduras en casa teniendo tantas cosas que probar? Y además, muchos días nos vamos a cafés a trabajar, sobre todo para ver gente, no vamos a volver sólo para comer... Además, cuando estás en un lugar donde encuentras un menú con entrada y plato fuerte por menos de 2 euros, el esfuerzo mental y el tiempo que suponen hacer la compra y cocinar, no merecen la pena. Así que hemos estado comiendo fuera.

El resultado es que nos sentimos más flojas, más pesadas y con menos energía.

Por último, y de hecho, lo más importante, Sofía ha tenido el coraje de admitir que este formato no le está funcionando y que necesita parar, necesita pasar el suficiente tiempo en algún lugar para tener orden y estructura, necesita estabilidad. Y necesita ir a Chile. Así que vamos a parar, vamos a ir a Chile y vamos a buscar esa estabilidad, porque nada de esto tiene sentido si no estamos bien y no nos hace felices.

Así que volvemos al viejo plan: aprovechar los 3 meses de las visas de turista. De momento nos vamos a Chile, de allí nos iremos a Argentina y de allí a España. Después de eso, veremos qué nos pide el cuerpo, pero Colombia cobra fuerza, Costa Rica siempre está y México definitivamente…

El tema ahora es, ¿qué hacemos con Jackie? Con las fronteras cerradas, nos toca viajar a Chile en avión y con el viaje a España en el horizonte… la verdad es que no merece la pena conservarla aparcada en la calle, sabiendo que no vamos a usarla durante 6 meses y que después, a saber… Así que, con mucha pena, hemos decidido que lo más sensato es venderla. Y de verdad es una pena, porque a pesar de todo, la hemos disfrutado mucho, pero como dicen mis queridos Crucigramas (Teresa y Javi): hay que soltar.

Hay que saber soltar, duele, pero hay que dejar las manos libres para todo lo que venga.

Todo esto, que así contado parece fácil y obvio, ha sido un proceso lento y duro, con momento muy difíciles y conversaciones muy incómodas. Cada una intentando gestionarlo de la mejor manera posible, a veces intentando ponérselo fácil a la otra con el resultado contrario, todo un aprendizaje, pero al final, es una decisión con la que nos sentimos cómodas y tranquilas.

Ahora, cómo vamos a hacerlo con Frappé, es otra historia todavía por descubrir… de momento os dejo con su foto adorable del carné de identidad (el micro chip).

Seguiremos nómadas, pero en un nuevo formato. Al final, la vida se trata de probar, aprender y adaptarse.

Resumen

Mejores momentos de esta etapa: poder hablar de los próximos pasos con tranquilidad, que Sofía me dijera cómo se siente y lo que necesita, esta semana en Punta Hermosa en casa de Ximena, no ha habido espacio para contarlo, pero ha sido un gustazo.
Peores momentos: los desencuentros, llegar a la conclusión de que vender la van es la mejor idea.
Kilómetros recorridos en esta etapa: 198
Kilómetros recorridos totales: 7448.

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Marta Serrano

La vida es inexplicable. Para alguien como yo, eso es tremendamente irritante. Escribo para entender aunque a veces sea en vano. Ko-fi.com/diariosnomadas